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TEMOR A LA TRANSFORMACIÓN EDUCATIVA

Lic. Juan Ramón González P.
LIC. JUAN RAMON GONZ´LAEZ PEREIRA

Chemboéhakoty guive - DESDE MI AULA.

Edic. 146

En una sociedad temerosa, desconfiada y tantas veces sometida a través de mentiras, no es para nada raro encontrar actores sociales, políticos, educativos y hasta religiosos que asimilan y asocian conceptos a algunos léxicos que, en la denotación de las mismas, uno podría asociarlo con el bien. 

Esta realidad hoy se connota con el término de “transformación” que aplicado al contexto de la educación, algunos lideres y representantes lo consideran amenazante para nuestra cultura y sus valores, obviando de la misma palabra la posibilidad de cambiar, mejorar, encaminar y desterrar de nuestro país realidades que nos duelen, como ser la poca inversión en la educación, la gran desigualdad entre ricos y pobres, el derecho igualitario entre hombres y mujeres y la garantía que debe ofrecer el estado al desarrollo integral de un ciudadano ante la ausencia de la familia.

Ley N° 6659/20, que aprueba el convenio de financiación entre la Unión Europea y Paraguay para el programa de apoyo a la transformación educativa y sus anexos, sigue conviviendo con defensores y retractores, quienes en muchos encuentros, debates y discusiones se han detenido más en la forma y en supuestos que en la observancia de los grandes males que nos aquejan y nos impiden dar pasos de calidad en la búsqueda de un pleno y sostenible desarrollo. 


Cuando las posturas se radicalizan, vuelve estéril toda discusión, restando toda posibilidad de encontrar un punto medio que nos permita aprovechar un reembolso importante de capital sin la necesidad de adquirir deuda alguna. 

Debemos dejar de aferrarnos en pensamientos y supersticiones que no tienen asidero en la literatura de la ley pero que algunos sectores manifiestan al puro estilo de un tarot, renunciando a la objetividad y recurriendo a una subjetividad personalista y sectorial. 

Esta Ley, pretendida ser derogada por diputados, tuvo un revés en la Cámara Alta, volviendo de esa manera al colegiado inicial a fin de ratificarse o dar curso a la prolongada intensión de llevar adelante la anhelada transformación educativa.  

La vida es dinámica y con ella propone cambios, no se debe temer a los nuevos paradigmas si nuestros valores están firmes, impolutos e insobornables; jamás los nuevos modelos de la globalización dañarán ni pondrán en jaque nuestra cultura. No podemos ocultar realidades que se viven, diferencias que se manifiestan y filosofías que se plantean; nos toca desde la educación familiar y sistemática seguir mostrando modelos tradicionales, pero al mismo tiempo no se puede dejar de hablar y mostrar otros  estilos que también son realidades y que están presentes en el contexto social. 

La inclusión se debe dar, la violencia se debe desterrar, la igualdad ya no se puede postergar y la calidad es el único camino para despegar. Si podemos tener mayor presupuesto para educación, con qué motivo deberíamos rechazarlo?. Seamos buenos padres, ciudadanos comprometidos, autoridades honorables, religiosos entregados, sociedad responsable y todo aquello que consideramos como mal jamás tendrán cabida y motivación en nuestro país. 

A quienes invocan a Jesús para repeler toda idea distinta a un paradigma preestablecido, deben recordar que Él siempre actuó desde un libre albedrío, respetuoso de la libertad y la decisión de cada uno, que no significa que la comparta, pero valora la construcción del ser. 

Seguiremos esperanzados en que los grandes problemas del Paraguay tendrán un fiel compromiso de las nuevas autoridades que asumirán la conducción de esta épica nación que sigue afrontando la búsqueda de vencer a la ignorancia, la pobreza, la desesperanza y de esa manera reivindicar el sueño de aquellos, que como dice los versos de Josefina Plá, murieron para que otros prosiguieran.