Un análisis de sangre
Edición 137.
Una simple observación de los glóbulos rojos puede aportar información sobre la presencia de un tumor en pacientes que ni siquiera han presentado señales de padecerlo.
La investigación ha sido desarrollada por la Escuela británica de Medicina de la Universidad de Swansea, que ha trabajado durante cuatro años con personas sanas, enfermos de cáncer y pacientes que mostraban algunos síntomas, aunque aún no tuvieran desarrollada la enfermedad. Un total de 300 sujetos de experimento que han servido para ratificar esta metodología.
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En caso de que haya un cáncer latente, por el exceso en la cantidad de variaciones producidas en las proteínas presentes en la superficie de los glóbulos rojos puede detectarse su presencia e iniciarse un protocolo de búsqueda mediante otras pruebas.
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El director de la investigación, Gareth Jenkins, afirma que "esto podría tener un enorme potencial, ya que el diagnóstico precoz es un factor clave en las tasas de supervivencia”.
Resulta, pues, especialmente útil en ciertos tipos de cáncer en los que el difícil diagnóstico hace en ocasiones inaccesible una detección a tiempo, como es el caso del cáncer de esófago, uno de los que cuentan con mayor índice de mortalidad.
Un análisis de sangre es una prueba relativamente sencilla, por lo que supone un método eficiente que puede desarrollarse en la mayoría de hospitales, puesto que se puede realizar con los equipos de laboratorio estándar.
Otra de las ventajas del proceso es que no constituye un tratamiento invasivo. Otras pruebas de detección pueden ser peligrosas para la salud, como las que requieren radiación. Además, el resultado puede estar listo en solo unas horas en el laboratorio.
Cualquier tipo de cáncer, si se diagnostica a tiempo, puede ser extirpado, porque estudios como este, que utilizan muestras de sangre para detectar el daño de fondo en el ADN como un signo de cáncer, son muy interesantes, ya que inciden en nuevas maneras de detectar la enfermedad a tiempo.
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Este tipo de pruebas son la última tendencia en investigación contra el cáncer, debido a las posibilidades de encontrar en la sangre y el ADN señales de agentes nocivos con mayor celeridad que el resto de métodos que hasta ahora se han desarrollado.
Ya existe la posibilidad de hacerse pruebas genéticas para detectar si una mujer es propensa al cáncer de mama u ovario, lo que en España costaría unos 1.400 euros, aunque en Estados Unidos se podrá realizar por 259 dólares, según informa ‘The New York Times’.
La ventaja que ofrece este análisis es que sirve para detectar todos los tumores conocidos, ya que los cambios producidos en la sangre son un síntoma común a todos ellos.
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