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PANDEMIA DE NUNCA ACABAR

Abog. Beatriz MOrel.
EDITORIAL
Edición 136


Hace un año venimos sufriendo sustos y pérdidas tras pérdidas, no solo en la economía ni otras cosas materiales, sino bajas en vidas en todo el mundo. Nos encerramos por un tiempo en nuestras casas y seguimos viviendo en la incertidumbre, sin tener una respuesta al mal que sufrimos. Lo cierto de este caso, es que cada vez hay más casos de infección y la cantidad de decesos es sorprendente, en nuestro país. 

Existen muchos, pero muchísimos Fake News (sobreinformaciones) que solamente alarman a la sociedad y produce un caos en la salud mental y desestabiliza a toda la familia. Con esto se evidencia que Paraguay nunca estuvo preparado para cuidar de la salud de la población. El préstamo de los 1.600 millones de dólares fue una pipoca ante nuestra necesidad, fue como un grano de arena en la playa, se utilizó y no se vio en donde, ¿Cuál es la razón? 

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Cada equipamiento y construcción de hospitales de contingencia tiene un alto costo que Paraguay jamás tuvo y con lo que hizo no alcanza por que el dinero mencionado también se derivó a otras “prioridades”. Sin embargo, esta pandemia se está diseminando rápidamente en la población y esta sazonando a las personas de tercera edad y personas de cualquier edad con enfermedad de base, sedentarios, obesos, fumantes, etc. A estos se debe que nuestros hospitales de contingencias no abastecen, y por si fuera poco, jamás hemos tenido suficiente camas de terapia intensiva ni en épocas normales, ahora falta aún más. 

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Este gobierno restringe toda movilidad, sin poder salir a trabajar y llevar el pan a la casa, entendemos para prepararse mejor. Pero, un año ya está pasando y nunca están listos. Semana Santa 2021 en casa nuevamente y el gobierno culpa a la población por la inconciencia, pero, el gobierno ¿Qué hace eliminar de su cartera la corrupción y adquirir las vacunas para toda la población? Sabemos perfectamente, que la corrupción existe de abajo, desde los personales menos influyentes hasta la alta cumbre del poder. 

Las manifestaciones pacíficas y/o violentas, dan poco resultado por ser unos pocos valientes, los demás quedan frente a sus teclados en su ambiente de confort, esperando beneficiarse del sacrificio de los demás. Buscamos culpables a nuestra desgracia, pero yo encuentro que el mayor culpable de esta pobreza que vivimos son nuestras autoridades con la cabeza visible del presidente de la República. Demasiada inacción para la compra de las vacunas, o ¿acaso espera disminuir más la población? 

Cuánta impotencia me da saber que países más humildes que Paraguay, están vacunando a toda su población, y acá apenas los de primera fila de la salud. Basta de corrupción basta de mentiras, estamos hartos de falsas promesas.