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NUESTRA SALUD

Por Abog. Gerardo Chaparro
Edición N° 110

Ya lo dije en otra ocasión que la salud del paraguayo está en terapia intensiva , tanto de los enfermos como de los sanos. Hasta podemos afirmar que la salud se ha vuelto un negocio para las clínicas privadas olvidándose de que están tratando con personas humanas. No importa que ese paciente sea de los que exageran por una pequeña dolencia o sabe aguantar grandes heridas. Han surgido innumerables especialidades y a al parecer se han acostumbrado con la idea de atender y recaudar a la velocidad de la luz.

Cuanto más tecnología surge aumentan los negocios  en detrimento del paciente y, a los médicos les conviene que el paciente  esté lo más desesperado posible para practicarle varios estudios, aún sabiendo qué procedimiento realizar sin hacer gastar tanto al paciente. Antes no había tantas especialidades, un clínico atendía a toda la familia. 

Cuando la enfermedad del paciente es un poco abstracta a sus conocimientos o voluntad en el ejercicio de la profesión, directamente diagnostican "ESTRES" y comienzan a recetar múltiples antidepresivos, anulando a la persona de sus actividades normales. Si ese mismo paciente recurre a otro especialista le aumenta los medicamentos. En caso de que con el aumento de medicamentos el paciente no se alivia y por desespero recurre a otro profesional, siguen progresando su botiquín para descargar al estómago.

No comprendo tanta tortura por parte de los galenos, porque con el correr del tiempo ese paciente no sabe qué medicamento le curó - si es que se curó - porque llegó a complicarse otros órganos por intoxicación medicamentosa. A la vista está la irresponsabilidad de algunos médicos de nuestro país cuando dan un diagnóstico equivocado o que no hayan previsto que dichos medicamentos podrían dañar otros órganos. 

En cuanto a la salud privada estamos impotentes y sin saber dónde recurrir. Los hospitales están abarrotados de pacientes de escasos recursos  y como siempre en caóticas condiciones. Hasta casi es un peligro llevar a revisión a un niño sano porque corre el riesgo de contaminación por alguna infección hospitalaria. Además los hospitales públicos administran pobreza, hacen lo que humanamente pueden hacer.

El M.S.P.B.S. no abastece o no tiene voluntad de servir como el pueblo se merece, no realiza control de los horarios de los médicos, aunque exista tarjeteros y relojes marcadores, ¿quien le impide salir fuera de horario y regresar para su horario de salida a marcar. Mientras tanto, los pacientes quedan en manos de estudiantes que, éstos as u vez  necesitan orientación para un buen aprendizaje. Hace falta rever esta situación sin juzgar a la mayoría porque quien dice "un botón vale de muestra". También los pacientes se merecen respeto y paciencia de parte de los enfermeros y médicos y, una información exacta a cerca de su enfermedad, todos los médicos se deben a sus pacientes por ética profesional.